No sé a qué años se empiezan a tener los primeros recuerdos.
Sí tengo dos que, bien porque quedaron grabados a fuego en mi memoria o bien por la de veces que los he recordado, son de mi primera infancia los que más recuerdo.
Con 4 años mi madre vino del médico con su bombo llorando como una magdalena, con un polo fucsia y la cara del mismo color. Mi padre sonriente. Yo les esperaba con mis abuelos y no entendía nada.
Toda la conversación la sé porque la han contado muchas veces. Pero recuerdo a mi abuela preguntando qué pasaba, mi madre sentada encima de mi padre y yo encima de mi madre, haciendo una montaña de amor, y mi madre encanada de llorar que no era capaz de hablar.
La historia era la siguiente:
Mi madre, embarazada, había ido al ginecólogo y le había dado la enhorabuena porque los fetos se encontraban bien.
-¿Cómo que "los"?
-Sí señora, lleva dos.
-No puede ser. Que ya le toco a mi amiga Carmen el año pasado y no puede tocarme a mí.
-Pues sí mire señora, aquí puede verlos.
- (Mi madre en modo dramón) Ay qué desgracia! Dos de golpe! ¡¡¡Y qué hago con la otra que tengo en casa, con lo mal que come y lo que llora!!!!
Lo del médico debía ser un poema.
Aparece mi padre y mi madre, con su habitual sutileza:
-Cabróóóóóón, ¿qué me has hecho? ¿No querías taza? Pues taza y media!! (mi padre era el más feliz del mundo teniendo gemelos)
Así que así llegaron a casa de mi abuela y así los recuerdos yo. No puedo olvidarme de la frase de mi abuelo, agricultor de pura cepa: - No te preocupes hija mía, que ya plantaremos un palico más de patatas! - Todo lo arreglas tú con patatas papá! ¿No ves qué chandrío?. Genio y figura hasta la sepultura.
El siguiente recuerdo es, con 5 años recién cumplidos, mirando por la cristalera de
una sala de hospital a dos muñecos que, decían, iban a ser mis hermanos. Uno dentro de una urna de plástico con una pañuelo de papel como pañal que parecía una lagartija, y el otro
en una cuna de cristal del tamaño de una bandeja de canelones donde
sólo asomaba la cabeza.
Y yo tuve mucha envidia, la casa se lleno de olor a caca, lloros, leches y mis padres que no daban a basto. Y yo me dediqué a aprender a leer, a sumar y a restar con mi tía porque odiaba las muñecas, ya tenía a dos en casa las 24 horas. Sin embargo de esto no me acuerdo, sólo tengo recuerdos buenos.
De eso han pasado 23 años...
...con sus abrazos, sus achuchones, sus "cuida que lo vas a arguellar" y"cuida con la cabeza que es muy sensible".
...con juegos sin fin, disfraces variopintos, el más molón de Zipi y Zape, fotos en
taparrabos.
...con construcciones en la terraza: "mamá esta noche dormimos aquí, de aquí no nos mueve nadie" y a la hora todos tapados hasta las orejas en la cama.
..con escondites llevados al límite de antes me meo en la mopa detrás de la puerta que que me pillen
...con alguna que otra
torta y/o pizco, castigos de 3 días por NO romper barcos de cristal,
figuras descuartizadas (esto sólo lo sabemos nosotros), cortes de pelo a la última moda (ejem).
y con todas esas
cosas que hacen 3 hermanos juntos.
Aunque a veces siguen dando tanto mal como
cuando tenían 5 años, les deseo un MUY FELIZ CUMPLEAÑOS, que la vida les sonría, que se quieran más y que estén bien
cerquita de mi.
Para mí no hay nada como el amor a un hermano. Y yo tengo dos.
No sé qué decir, pero quiero decir algo...que me has sacado una sonrisa, unos cuantos recuerdos de mis hermanos, y un pequeño nudito de garganta. Felicidades!!
ResponderEliminarAy, que se me escapa la lágrimilla! Jajaja. Yo tengo un hermano, pero recuerdo que cuando era pequeña que´ria un hermanito pequeño, para poderlo cuidar -porque mi hermano y yo nos llevamos 2 años-. Vaya, quería un muñeco. Y mi padre decía muchas veces a mi madre, medio en broma medio en serio: "Venga, u ndía de estos vamos a por los mellizos!" Jaja. :P
ResponderEliminarAy qué lástima me ha dado tu madre!! Qué historia tan graciosa y dramática a partes iguales, jajaj.
ResponderEliminarY qué bonito ese amor de hermano y por partida doble!
Felicidades a tus hermanitos.
Un beso
Jajaja
ResponderEliminarMadre mia! Que susto, así, de golpe!
Por cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Pues felicidades tardías.
ResponderEliminarLa entrada te ha quedado niquelada.
El amor entre hermanos es algo que no debería desaparecer nunca por más que intefieran agentes extraños que puedan variarnuestros afectos
ResponderEliminarOiga, y su muerte 2.0 se debe a....¿?
ResponderEliminarPues se debe a una tesis, un verano....y un me pongo, no me pongo, me pongo, no me pongo...
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